HIPERINFLACIÓN

La Hiperinflación consiste en la pérdida del poder adquisitivo de una moneda a un ritmo muy alto Es cuando se registra una tasa de inflación muy elevada.

La hiperinflación es cuando se dispara sin control el fenómeno de la inflación, cuando los precios de los bienes y servicios aumentan de manera generalizada y rápida, al mismo tiempo que la divisa nacional pierde su valor a un ritmo acelerado. Esto destruye a la clase media, los ahorros y los fondos de pensiones se evaporan, los seguros de vida pierden su valor etc. La hiperinflación básicamente destruye la economía

¿Cómo afecta la hiperinflación en los Estados Financieros?

La situación financiera de la empresa se afecta por causa del aumento constante de los precios, así una empresa podría verse afectada en mayor o menor medida, esto según sea su solvencia, si posee pocos recursos propios, su continuidad se verá más dificultada. En otro sentido, podría mantener el precio de sus productos, por decisión de la propia empresa o por control gubernamental, lo cual contribuirá a una reducción del margen, disminuyéndose las posibilidades de crecimiento, y podría llegarse incluso a una falta de liquidez por falta de recursos. Además las medidas por parte de las autoridades económicas del país contra la inflación suponen una mayor dificultad en la gestión de la empresa, como lo han sido los controles de precios, las restricciones al crédito, los aumentos de tasas de interés, la mayor presión fiscal, etc.

En períodos inflacionarios la empresa requiere de una mayor financiación, lo cual se da por varias razones. Una de ellas es que al aumentarse el costo de las materias primas, entonces se eleva el valor de los inventarios, lo cual implica que sea necesaria una mayor financiación. Por otro lado, a pesar de que normalmente la empresa requiere de financiamiento para su crecimiento, en tiempos de inflación se necesitan más recursos financieros para el simple mantenimiento de la dimensión actual, ya que la sola conservación del capital requerirá incrementos en términos nominales, ya que en términos reales éste se deteriora.

Así que como consecuencia de la expansión del medio circulante y de la erosión del capital se requiere de mayor financiamiento, a lo cual se unen otras situaciones que sufre la empresa, como lo son la reducción de la liquidez, las políticas de crédito restrictivas, los aumentos de los tipos de interés, etc., que contribuyen a complicar la posición financiera de los productores.

Todo esto lleva a las empresas a endeudarse en tiempos de inflación, sobre todo si los préstamos concedidos a la empresa se fijan en términos monetarios, ya que la empresa los devolverá en moneda depreciada, obteniendo una ganancia monetaria por estar endeudada.

También es conveniente para la empresa reducir los plazos de cobro, pues conforme sean más bajas las cuentas por cobrar menor será la pérdida monetaria. Contrariamente conviene aumentar el plazo de pago a proveedores, ya que se podría obtener alguna ganancia monetaria como por el efecto del apalancamiento financiero.

Además se debe considerar que ciertos activos son más propensos a generar pérdidas por inflación, ya que éstas serán mayores conforme sean mayores los activos monetarios, los inventarios y activos de mayor antigüedad. Así se convierte en una estrategia anti-inflacionaria el reducir al mínimo los activos y endeudarse al máximo, lógicamente dentro de ciertos límites. En términos generales esto contribuirá a una mayor rentabilidad real. Sin embargo debe tenerse presente que esta cierta mayor rentabilidad se ve mermada por un mayor riesgo financiero, por la disminución de la liquidez y el aumento del endeudamiento, y una menor flexibilidad de la empresa para enfrentar situaciones adversas.

Es necesario un sistema de control financiero eficiente, que proteja a la empresa de la alta inestabilidad de los precios y de los costos de producción, de forma que pueda cargarlos a su precio de venta o bien, emplear alguna otra estrategia contra la inflación, por ejemplo, emplear insumos cuyo precio sea menos sensible a la inflación.

El análisis empleando razones financieras también se ve afectado por la inflación. A continuación se analiza en forma breve cómo se altera el análisis de razones fundamentado en la contabilidad histórica.

  • La eficiencia: La eficiencia puede ser medida de varias formas, por ejemplo las razones Ventas/Activos, Utilidades/Ventas, que miden la eficiencia en el empleo de los activos para generar ventas en el caso de la primera razón, y la otra muestra el margen de ganancias, lo cual viene a ser una medida de la eficiencia operativa de la empresa. De ese modo la inflación hace parecer que se da un aumento en la eficiencia de la empresa. Tal es el caso de la primera de las razones citadas, ya que al incrementarse los precios de venta, pero no así el de los activos, que es su costo histórico. Se puede observar entonces, que se estarían comparando cantidades expresadas en monedas de diferente poder adquisitivo.
  • La rentabilidad: Generalmente la rentabilidad contable de la empresa se mide con razones como Utilidades/Activos y Utilidades/Patrimonio, etc. La inflación produce un sesgo, ya que en condiciones de inflación se aumenta el valor de las ventas (en términos nominales). También aumentan los costos, pero por un lado hay costos que son fijos (y que al menos en el corto plazo no se afectan) y por otro que por lo común las ventas están registradas en moneda más reciente que los costos y gastos, y en consecuencia, el margen de ganancia aumenta, y por algún tiempo se estará sobreestimando los ingresos. Así el rendimiento sobre la inversión calculado con base en la información histórica será superior al verdadero. La magnitud del sesgo dependerá de qué tan alta sea la tasa de inflación, la antigüedad de los activos y la estructura de costos de la empresa.
  • La solvencia: La solvencia se refiere a la capacidad que tiene la empresa para hacerle frente a sus obligaciones. Se mide como el número de veces que sus utilidades antes de impuestos cubren sus pasivos. En un período inflacionario las utilidades se incrementan más rápido y muchos pasivos permanecen constantes (en términos nominales), ya que muchas obligaciones no se indexan por la inflación, entonces las razones de solvencia parecen mejorar. En realidad no ha habido tal mejora, más bien a largo plazo para poder mantener el volumen de operación real habrá que aumentar el nivel de financiamiento.
  • La liquidez: Las razones de liquidez tratan de determinar la capacidad de pago de los pasivos a corto plazo que tiene la empresa. Generalmente se emplea la razón corriente (Activo circulante/Pasivo circulante) y la prueba de ácido (activo circulante menos inventarios sobre pasivo circulante). En este sentido ambas razones tienden a variar en forma inversa a la tasa de variación de la tasa de inflación, sobre todo la prueba de ácido, la cual se afecta por la forma en que se contabilizan los inventarios. Si la empresa usa el sistema UEPS de contabilidad de inventarios, entonces el inventario final se valora en moneda de antes de ese período contable, así que al aumentar los precios se subvaloran las existencias y la razón será más «conservadora». Si se emplea el sistema PEPS, el inventario se valora en términos más recientes y entonces habrá una comparación mejor. Cabe notar también, que en los períodos inflacionarios los deudores tratan de alargar sus cuentas por pagar, con lo que aumenta la probabilidad de las cuentas incobrables y se disminuye la convertibilidad de las cuentas por cobrar, y consecuentemente una menor liquidez.

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